23 jul 2015

A ese Balrog le gusta el Boogie!



(ADVERTENCIA: La siguiente reseña fue redactada en una instalación donde se consume MUCHO Boing! de Uva. Se recomienda tomar las precauciones correspondientes.)

Bien, ahora, robaré un poco más de su valiosísimo tiempo para hablar de música… Sí, música (no, ya en serio). Música de esa que no sale en la radio, ni en MTV, o VH1, ni en esos programitas de videos chafas del Once; siendo mi humilde intención que aunque sea algunos cuantos entre ustedes emprendan un épico viaje por caminos insondables para ampliar sus horizontes espirituales y… bueno, para que tengamos más cultura, pues.


The End Records - Agosto de 2006

 
Hace unos quinientos años, en Suecia, mucho antes del McDonalds, de Playboy y del Internet, existió un grupo de músicos cuya música podía complacer a todo corazón anhelante y/o inconforme. Tocaban como un coro celestial, y aún así, la Iglesia los capturó y condenó a muerte, por predicar cosas “peligrosas” y tocar música “pecaminosa”. Ahora, en el siglo XXI, seis de los descendientes de estos músicos se han reunido para sacarle nuevo brillo a su legado… o, al menos, eso es lo que ellos dicen. 

     Si alguno de ustedes decide tragarse esta telenovelesca historia, es asunto suyo, ya que aquí no estamos para hablar de los delirios de grandeza de estos muchachos, sino de la música que nos ofrecen la cual, realmente, habla por sí misma.

Ahora bien, todo el asunto de esta banda consiste en hacer una mezcla de heavy metal con una miríada de influencias, principalmente (como puede deducirse por el nombre de la banda) tonadas de swing y composiciones orquestales, así como jazz, rock, y algunos toques de sabor flamenco y psicodélicos. Y no nos mienten con respecto a estas influencias, ya que realmente forman parte esencial de las composiciones, haciendo de esta banda una de las mejores exponentes de aquello llamado avant-garde metal. Las influencias de ópera, por ejemplo, no son meramente un anzuelo para llamar la atención, como, digamos,  los berridos “orquestales” en bandas como Nightwish o Epicrap. La voz principal aquí es genuinamente de ópera, en lugar de simplemente imitar el estilo. Éste no es de ese metal hecho cliché con teclados y melodías poperas arrojados encima de todo: las influencias son genuinas, y se encuentran en cada nivel de la música. Todo aquí da el sentimiento de… bueno, una orquesta de swing diabólica.

El disco en su totalidad es bastante entretenido y enérgico. La primera canción, Balrog Boogie, que parece ser la favorita del álbum, nos muestra desde el principio las influencias de swing y de ópera ya mencionadas, con muy buenos riffs, melodías de cello y vientos, y un muy buen flujo dinámico, casi invitando a quien lo escucha a levantarse y comenzar a bailar con una pareja (bailar con metal, ¿es eso posible?). A pesar de estar dividido en dos “Actos”, hay suficiente variedad y fluidez en todo el álbum, así que no es fácil aburrirse con él, a menos que se sufra de un déficit de atención MUY extremo. Así como nos encontramos con canciones muy enérgicas (Balrog Boogie, Pitbull Poetic Revolutions o Velvet Embracer) también se nos dan momentos de relativa tranquilidad, sobre todo en el Acto II, con Gunpowder Chant, Qualms of Conscience, o la simple pero magnífica D’Angelo. La banda no se dedica a farolear, ni mucho menos, pero hay momentos muy agradables en los que cada músico hace muestra de sus habilidades.

Ahora, volvamos un poco a otro de los puntos focales de la música: la voz. Hay voces masculinas en varias canciones, a veces un tanto agresivas o anormales, pero el verdadero brillo aquí es para la excelente voz femenina. Ann-Louice tiene una muy buena voz de ópera, de nuevo, mucho más autentica que muchas de las otras “sirenas” (¿o acaso eran manatíes?) en otras bandas de “metal”. La voz es ejecutada de forma casi perfecta, con el tono y la fuerza precisos, y una versatilidad increíble, sin quitarle potencia al resto de la música.


En fin, si lo tuyo es la música que se sale de la norma y se atreve a experimentar sin miedo a represalias, The Butcher’s Ballroom es definitivamente para ti. Si no es así, ¿qué haces leyendo esto, en primera? Tu jugo de uva y a dormir.

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