Prophecy Productions - Octubre de 2014
"Raid Casa y Jardín me la pela. Baygon Verde es un pendejo..."
Hay una cosa que me gusta mucho, pero que tristemente sucede muy pocas veces. Cuando el pueblo se encabrona y quema un palacio de gobierno por completo, o lincha policías corruptos, o toma planteles escolares, o sale a las calles a protestar sin miedo… pero no es eso de lo que tengo que hablar aquí. Hay otra cosa que me gusta mucho y sucede muy poco: cuando una banda lanza un álbum completamente diferente a lo que yo esperaba (o a lo que yo deseaba) y, aun así, el resultado termina gustándome lo mismo o incluso más que mi expectativa. Y notarán que ambas cosas tienen algo en común: el rechazo al conformismo.
Y, justamente, los alemanes de Bethlehem han hecho exactamente eso con su último álbum, Hexakosioihexekontahexaphobia (y sí, puedo pronunciar eso sin problema), término que significa “miedo al número 666”, porque al parecer existe una competencia secreta para inventar el miedo más estúpido posible. Después de haber lanzado un por demás lamentable remake de su clásico disco S.U.i.Z.i.D., seguido en 2010 por un EP titulado Stönkfitzchen, con el cuál parecía que intentaban fusionar su sonido goth rock reciente con su más clásico “dark metal”, la banda se tomó 4 años para lanzar un disco que yo esperaba (y sé que no fui el único) regresara por completo, o al menos en gran parte, al tétrico y enloquecido asalto sonoro del álbum Dictius Te Necare, como Jürgen Bartsch (único miembro original de la banda) había dicho en anteriores entrevistas.
Pero no fue eso lo que sucedió. En su lugar, la banda cumplió la promesa de elaborar sobre el sonido del citado último EP, pero en el sentido opuesto de como se había prometido. En vez de regresar aún más a su sonido clásico y abrasivo, optaron no sólo por ahondar en el elemento goth rock de forma más decidida que en Stönkfitzchen, sino que incorporaron influencias completamente nuevas, y tomaron un nuevo acercamiento al sonido de sus primeros tres full-length’s. A continuación, analizaremos uno por uno estos tres aspectos, así que tomen nota, chamacos.
Cuando te piden editar tres fotos para "que parezca que estamos los 3 juntos", pero tú solo tienes MS Paint...
1. El sonido “clásico”. Muchos de ustedes seguramente habrán oído el término dark metal, originado precisamente por el título del primer álbum de ésta banda. Y aunque cada quién le ha dado al término el significado que se le ha dado la gana, aquí analizaremos únicamente el estilo creado por Bethlehem. Como tal, éste “estilo” consistía en una combinación de elementos death/black/doom, a veces tendiendo más al death (Dark Metal) y a veces más al black (S.U.i.Z.i.D.), y en ocasiones mostrando un poco más de presencia del doom, así como de elementos de dark ambient y darkwave, muy de moda en esos días en Alemania (Dictius Te Necare).
Para éste álbum, la banda adopta un aproximamiento más cercano al death/doom actual, pero sin sonar a moderno, más o menos del estilo de Novembers Doom o Dragged Into Sunlight, sin perder el estilo propio de Bethlehem característico de sus inicios. Esto se puede apreciar más abiertamente en tracks como “Verbracht in Plastiknacht”, “Warum wurdest du bloß solch ein Schwein?” o “Spontaner Freitod”, donde también se pueden apreciar toques más obvios de black metal.
2. El sonido más gótico. Al iniciar el nuevo milenio, y después de algunos cambios de alineación, Bethlehem le dieron un giro algo radical a su sonido, adoptando de lleno tanto sus propias influencias del goth rock clásico, como la reinante influencia de la Neue Deutsche Härte, adaptándose a los tiempos y a las tendencias musicales de la escena alternativa alemana, iniciándose en el álbum Schatten aus der Alexander Welt, continuando en varios lanzamientos y culminando con Mein Weg, uno de sus álbumes más exitosos en términos de ventas.
En Hexakosioihexekontahexaphobia, se suelen combinar estos elementos ya sea entre sí mismos, con un sonido metal más bien básico, o con el death/doom mencionado anteriormente, como podemos escuchar en “Egon Erwin's Mongo-Mumu” “Nazi Zombies mit Tourette-Syndrom”, o “Höchst alberner Wichs”.
3. Las nuevas influencias. Para este lanzamiento, la banda decidió sorprendernos con la incorporación de estilos que rara vez, o nunca, habían estado presentes en su catálogo anterior. Con esto, me refiero a la exploración de territorios de música etérea, rock minimalista (o post rock) e incluso algo de shoe-gaze, con resultados especialmente reminiscentes de bandas como los franceses Amesoeurs, los islandeses Sigur Rós, o algunos lanzamientos de los estadounidenses Agalloch. Esto se hace notar especialmente en los tracks “Ich aß gern' Federn” y “Letale familiäre Insomnie”, ambos geniales y contados entre los mejores momentos de todo el álbum (e incluso de todo el año).
Finalmente, tenemos los tracks que combinan varios de los recursos arriba citados, convirtiéndose en algunos de los más interesantes en la carrera de la banda. En orden de aparición: “Ein Kettenwolf greint 13:11-18”, “Gebor'n um zu versagen”, “Kinski's Cordycepsgemach” y “Antlitz eines Teilzeitfreaks”. Antes de que se me olvide, mencionaré también que Bethlehem conservan su clásico tinte “deprimente”, aunque esta vez, más que canalizar un sentimiento de desolación y desesperanza absoluta, como sus primeros trabajos, podríamos decir que suena más bien melancólico.
"En serio, no los usa nadie. Nadie usa a esos put--"
Ya para terminar, diré que Hexakosioihexekontahexaphobia es un disco sorprendente, que logró tomar los mismos elementos que cambiaron su sonido en la primera década del nuevo milenio, y que yo personalmente despreciaba, e incorporarlos a su antiguo sonido, haciendo que todo sonara espectacular. De esta forma, mientras continúan renovándose a cada paso, Bethlehem consiguen no sólo mantener su estatus de grupo súper-influyente (musicalmente hablando), sino también reclamar su puesto como una de las bandas más originales de la escena del Metal Extremo en los últimos 20 años.
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